Algo va mal cuando una sociedad mira a otro lado.
Cuando se culpa a las víctimas, cuando se justifica a los agresores.
Es un goteo, siguen sumándose nombres a las víctimas mortales de violencia machista en este país, que ni siquiera se para.
La manada en la calle y poniendo en duda la lucha de las feministas.
Porque los feminicidios es un crimen de odio, el último eslabón de las agresiones machistas.
El amor no duele. El amor no es a la fuerza.
Hay que educar a respetar, no a protegerse.
Dejar de arrebatar la libertad, la vida, la existencia.
Porque si tocan a una, nos tocan a todas.