Al final el lugar donde decides quedarte lo escoges por «casualidad» o por «causalidad».
Las pequeñas decisiones diarias te llevan, en ocasiones, a construir proyectos de vida inimaginables tiempo atrás.
Quizá algunos eligen el lugar para estar más cerca de los suyos, por enraizarse, por sentirse seguros ante lo conocido. Otros volvemos de nuevo, para curar heridas, revisar cicatrices o redescubrir el lugar de donde habíamos partido. Algunos pasaron sin querer y al tomar aliento se encontraron un lugar donde descansar. Para otros el azar fue destino, y hay aquellos en los que el amor fue la excusa para quedarse. Los hay valientes que apostaron y los hay cobardes que claudicaron. Los hay como aves de paso y los hay con ocho apellidos. Los que vinieron atados a una oposición y los que creamos una forma alternativa de vida. Cada uno con sus luces y sombras.
Todos somos historias anónimas que compartimos temporalmente o quizá para siempre un lugar, que sin duda enriquecemos, aportamos, nutrimos y transformamos a nuestro paso.
Hay tantos caminos y finales como situaciones y personas, hagamos que este sea un buen lugar para quedarse.
Para ver el programa: «un lugar para quedarse«. Una manera de conocer el territorio.
Me encanta leerte, que bien escribes y describes!!
Gracias Patricia por leerme y escribirme 😉
Carai…. qué bonito y que certero! Eres una poeta interdisciplinar: de la imagen y de la palabra!
Con esa sensibilidad y esa capacidad de expresar… no es de extrañar que tus fotos sean capaces de transformar lo cotidiano en pequeñas obras de arte, qué don!
Gracias Sandra. Mirar lo cotidiano y reconocerlo, volverlo a mirar desde tu presente para convertirlo en diferente.